La conservación de pescados y mariscos nos permite alargar tanto el sabor como la calidad de los alimentos que vienen del mar. Las latas custodian el extraordinario valor de las materias primas justo hasta el momento de su consumo para convertirse después en residuos. ¿Qué hacemos entonces con esos envases metálicos? Comienza ahora el proceso de reciclaje, una cadena cuyo primer eslabón se sitúa en nuestras cocinas. Saber cómo reciclar las latas de conserva ayuda a cuidar el medio ambiente. Las latas de Palacio de Oriente están listas para deleitar con su contenido y ser recicladas después para albergar una segunda vida.
Latas de materiales reciclables con vidas infinitas
Antes de nada es importante conocer de qué están hechas las latas de conserva. Materiales como la hojalata, junto a la ligereza del aluminio, son los preferidos para fabricar las latas.
La hojalata es fruto de la unión de acero y estaño. La Asociación Ecológica para el Reciclado de la Hojalata (Ecoacero) recuerda que el acero es el material más reciclado del mundo y que todos los envases de hojalata terminan reciclándose en la industria siderúrgica. Por su parte, el reciclado del aluminio es directo: no necesita separar componentes y se puede recuperar y reutilizar infinitamente.
Las latas de conserva, las más recicladas
Según datos de APEAL (Asociación Europea de Productores de Acero para Envases), el reciclado de botes de acero marca récords en el continente, alcanzando el 82,5 %. En España este porcentaje se eleva al 85,4 %. Estos datos de 2018 colocan al acero como el material para envases que más se recicla.
Son varias las razones que nos invitan a seguir separando las latas:
- Cada envase de acero que se recicla evita emisiones de CO2 equivalentes a 1,5 veces su peso.
- El reciclaje de una lata impide el uso de nuevas materias primas y energía. Según la Metal Packaging European (Empac), el acero a partir de chatarra necesita un 75 % menos de energía que el producido con materia virgen.
- Cuesta menos reciclar que fabricar un nuevo producto.
Recogida selectiva y contenedor amarillo
La recogida selectiva de envases metálicos ayuda en buena medida al proceso de reciclaje de las latas de conserva. Una vez degustado el contenido empieza nuestra labor como consumidores responsables. Es momento de separar las latas del resto de residuos para depositarlas en el contenedor amarillo, así lo recuerda Ecoembes, que anima a discriminar los desechos en origen.
Existen otros medios para recuperar con eficiencia el acero: su magnetismo facilita la disgregación cuando está mezclado con otros residuos. Su reciclaje presenta estas ventajas:
- Todo lo que se recupera se reutiliza.
- El acero se puede reciclar todas las veces que se quiera.
- Mantiene sus características en cada ciclo de vida.
Según el Centro de Información de la Conserva Enlatada, la recogida selectiva mediante contenedor amarillo representó en 2014 el 23,7 % de lo recuperado.La siguiente fuente de residuos está integrada por las empresas de chatarrería, que contribuyeron con el 11,9 % del total de las latas. Las plantas incineradoras aportaron el 8,9 % restante.
Consejos que facilitan el reciclado de las latas de conserva
La primera etapa del ciclo para reciclar latas de conserva, que comienza en la cocina, será más fácil con estos consejos:
- Contar con cubos diferenciados para cada residuo. Los dispositivos con compartimentos optimizan el espacio.
- Situarlos al alcance de toda la familia en un lugar accesible. La cocina suele ser la primera opción. Es más práctico separar residuos mientras se preparan los alimentos.
- Depositar las latas de conservas vacías, sin restos ni líquidos. No supone un problema técnico, pero sí influye en la calidad de la gestión del reciclaje.
- Seguir la indicación de colores ayuda a identificarlos y a diferenciarlos. Amarillo para plásticos, briks y latas; azul para papel y cartón; verde para vidrio.
- Doblar, plegar o comprimir los envases que así lo permitan.
Reciclar, un compromiso más de Palacio de Oriente
El compromiso de Palacio de Oriente con la calidad y con la sostenibilidad es claro. Prueba de ello son sus certificaciones. Pero la responsabilidad de la conservera va más allá y continúa con el impulso del reciclaje entre sus clientes.
Las latas de Palacio de Oriente, como el resto de envases metálicos, pueden tener una segunda vida. Después de añadir el bonito del norte en aceite de oliva a esa receta con ensaladilla confitada o de degustar una conserva de mejillones en el aperitivo, la mejor opción es separar las latas vacías y llevarlas al contenedor amarillo.
El fomento del reciclaje completa la misión de Palacio de Oriente con acciones 100 % respetuosas y comprometidas con el medio ambiente, origen de todo lo bueno.
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