No todos los productos envasados en latas son conservas. Como las conservas y las semiconservas parecen idénticas desde fuera, es normal que pueda existir confusión entre ambos métodos de mantenimiento y almacenaje de alimentos. Sin embargo, existen diferencias y hay que tenerlas en cuenta, ya que cada una debe ser tratada de manera distinta para asegurar que el contenido se encuentre en las mejores condiciones de consumo.
Diferencias entre conservas y semiconservas
Las conservas son una opción rápida, cómoda y duradera para almacenar alimentos. Fue el cocinero y confitero Nicolas Appert quien entre los siglos XVIII y XIX ideó un método muy eficaz de preservación de los alimentos al guardarlos de manera hermética en un frasco de vidrio. Los años y avances han perfeccionado la industria conservera con materiales como la hojalata y el aluminio, pero las ventajas de las conservas siguen siendo las mismas: mantienen el alimento de forma segura, son cómodas de transportar y duraderas en el tiempo.
Sin embargo, un alimento comercializado dentro de una lata no es siempre, por definición, una conserva. Conviene distinguir a esta última de un método parecido, pero que presenta diferencias en cuanto a elaboración, duración y condiciones de almacenamiento,como es la semiconserva.
Proceso de esterilización
- Las conservas son alimentos preparados y envasados de manera hermética para que aguanten mucho tiempo después de la esterilización. Se someten a un tratamiento térmico de altas temperaturas superiores a los 100 ºC para eliminar microorganismos, gérmenes y bacterias. Este proceso asegura que el producto se mantenga en perfectas condiciones durante años, con el sabor, la textura y los valores nutricionales intactos.
- Las semiconservas no se someten a ningún proceso de esterilización, sino a otras técnicas de preservación del alimento como pueden ser el ahumado, el secado y los macerados en vinagre o salazón.
Duración en el tiempo
- Los productos en conserva son de larga duración. No tienen fecha de caducidad, sino de consumo preferente, que varía en función del producto del que se trate, aunque suele establecerse al cabo de entre cuatro y seis años a partir del envasado. Pasada esta fecha, el alimento se puede consumir sin que suponga un peligro para la salud. Lo que sí que puede suceder es que se alteren algunas propiedades organolépticas, como el sabor, la textura o el color.
- Los alimentos en semiconserva tienen un plazo más corto. Suelen aguantar entre seis y nueve meses y no deben consumirse caducados, ya que el producto puede encontrarse en mal estado.
Temperatura de almacenaje
- Las conservas se guardan en una zona fresca y seca. Debido a la esterilización, el alimento mantiene sus propiedades, por lo que no requiere almacenarlo en el frigorífico.
- Sin embargo, las semiconservas siempre deben ubicarse dentro de la nevera. Estos productos necesitan conservarse a bajas temperaturas, no solo para que el alimento se encuentre en condiciones óptimas, sino para que se detenga su maduración, como en el caso de las anchoas. Una temperatura superior a la recomendada activaría el proceso de maduración y el contenido dejaría de estar en las mejores condiciones.
Ejemplos de alimentos en conserva y en semiconserva
- Entre las conservas se encuentran pescados, como el bonito del norte, el atún claro o las sardinillas, moluscos, como los mejillones, los berberechos o las zamburiñas, y cefalópodos, como el pulpo y el calamar.
- Entre las semiconservas destacan las anchoas o las huevas de pescado.
Posts relacionados