Los mejillones son un alimento fundamental en nuestra dieta. Nuestro paladar está acostumbrado a disfrutar de su inconfundible e intenso sabor a mar, pero pocas veces nos preguntamos de dónde lo obtienen. En este caso, la conocida expresión “somos lo que comemos” nos da una pista: efectivamente, los mejillones se alimentan a través del agua salada de los océanos.
Antes de entrar en materia y desvelar qué comen exactamente estos animales, conviene conocer cuáles son sus características principales y cómo es su organismo. Porque ¿alguna vez te has parado a pensar por dónde se alimentan?
Principales características de los mejillones
Los mejillones son moluscos bivalvos con la concha alargada y de color negro, aunque también se pueden encontrar ejemplares marrones. La especie autóctona de España se denomina Mytilus galloprovincialis, y se distribuye principalmente por las costas de Galicia.
Dentro de las conchas se inserta la parte blanda, llamada vianda, de color anaranjado y forma ovalada. En la cavidad del manto, el músculo que utilizan los moluscos para desplazarse, se localizan las branquias y las glándulas digestivas.
Estos animales viven en grandes comunidades en zonas de agua fría y se adhieren a las rocas gracias a los filamentos del biso. Cuando se crían para obtener mejillones de cultivo, crecen pegados a las maromas que penden de la batea de madera que sirve de sujeción a toda la estructura.
¿Cómo se alimentan los mejillones?
Los mejillones son animales filtradores. Es decir, se alimentan de aquellas sustancias que extraen del agua del mar que entra en su organismo a través de los cilios de las branquias. Los palpos de la boca discriminan las partículas que se van a ingerir y las que se deben desechar. Una vez que el aparato digestivo ha seleccionado los nutrientes que precisa para su desarrollo, expulsa al exterior todo aquello que no necesita a través del ano, uno de los orificios del manto.
La capacidad de filtración de los mejillones es excepcionalmente alta, ya que pueden llegar a depurar ocho litros de agua a la hora.
¿Qué comen los mejillones?
Los mejillones se alimentan de los pequeños organismos que viven en el agua del mar, que no son otra cosa que el plancton. Estos minúsculos seres vivos pueden ser de origen animal o vegetal, lo que convierte a los mejillones en animales omnívoros. El plancton aporta a los Mytilus galloprovincialis una alta cantidad de aminoácidos, minerales y ácidos omega 3.
La dieta de los mejillones consiste en:
- Zooplancton: se compone de organismos de origen animal de tamaño microscópico que viven en profundidades inferiores a 200 metros. En el plancton animal encontramos larvas de peces, ctenóforos, rotíferos o decápodos.
- Fitoplancton: formado por seres vivos de origen vegetal de pequeño tamaño cuya principal característica es que se alimentan a través de la fotosíntesis. Por lo tanto, se encuentran en la superficie marina para poder recibir los rayos del sol. Algunos de los componentes del plancton vegetal son las algas, los dinoflagelados o las diatomeas.
Gracias a los excepcionales nutrientes que obtienen del plancton marino, los mejillones son, a su vez, una excelente fuente de calcio, fósforo, potasio, hierro y ácidos grasos poliinsaturados. En definitiva, un alimento que no debería faltar en una dieta sana y equilibrada.
Las rías gallegas: excelente alimento para los mejillones
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), las rías gallegas son una de las zonas con mayor cantidad de fitoplancton del planeta, característica que las convierte en el lugar ideal para el cultivo del mejillón. La arraigada tradición de la cría en batea de este molusco, junto con la excelente calidad de sus aguas, han posicionado a la costa de Galicia como una de las zonas de mayor producción de Mytilus galloprovincialis.
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