Las sardinas en lata continúan siendo un básico en la cocina y se han convertido en una de las conservas imprescindibles en la despensa de muchos hogares. A su comodidad se unen los innumerables beneficios que tiene para la salud la ingesta de este pescado azul, que se ven incrementados si se comen en su totalidad, con espinas incluidas. Te explicamos la razón de su consumo sin riesgo y cómo las espinas aumentan el aporte nutricional de este pescado a nuestro organismo. Socorridas, saludables y seguras. Mira por qué sí puedes y debes comer las espinas de las sardinas en lata. ¡Te lo contamos!
¿Por qué se pueden comer sin riesgo las espinas de las sardinas en lata?
Si eres consumidor habitual de latas de sardinas quizá hayas observado cómo sus espinas son más blandas y tiernas que las de este mismo pescado fresco. Esta diferencia se debe a la hidrólisis, un proceso por el que pasan las sardinas antes de finalizar su envasado y que logra precocer el contenido de las latas con una temperatura adecuada.
¿Qué es la hidrólisis?
El proceso de hidrólisis por el que pasan las sardinas es muy importante dentro de la industria alimentaria, ya que permite la cocción instantánea de los alimentos y potencia el sabor de los productos. En el caso de las conservas de sardinas la hidrólisis o hidrolización posibilita que las espinas se ablanden debido al tratamiento térmico al que se somete a la conserva.
Tras un proceso de cocción a altas temperaturas y por un tiempo determinado, las sardinas en lata están listas para culminar todas las fases del enlatado y las espinas pasan a ser comestibles.
En Palacio de Oriente apostamos por la innovación continua dentro de la industria conservera. Somos pioneros en poner la tecnología al servicio de nuestra experiencia como maestros de la conserva. Es nuestra manera de llevar lo mejor del mar hasta tu mesa.
¿Qué ventajas aporta la hidrólisis a las sardinas en lata?
Las sardinas en conserva, una vez hidrolizadas, presentan dos ventajas principales frente a este pescado en fresco, sobre todo tras conseguir que las espinas se vuelvan tiernas:
- La primera de ellas es la tranquilidad de poder degustar el contenido íntegro de la lata de sardinas sin riesgo alguno al tragar las espinas.
- Al convertirse en una parte del pescado comestible, la ingesta de espinas de las sardinas en conserva añade una dosis extra de calcio a tu dieta. Si en fresco se cuentan 50,4 mg de calcio por cada 100 g de sardina, en el caso de las conservas de sardinas en aceite de oliva se pasa a 382 mg por cada 100 g de pescado según la Guía de cualidades nutricionales de productos procedentes de la pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
¿Por qué las conservas de sardinas son fuente de tantos nutrientes?
Las Sardinas pilchardus son las protagonistas de las conservas de Palacio de Oriente que se pescan en las costas atlánticas de Galicia y Portugal mediante la técnica de cerco. Como siempre, el respeto por la materia prima y la sostenibilidad del medio marino guía nuestro trabajo de principio a fin.
Solo con manjares tan extraordinarios se consiguen unas conservas de tanta calidad y fuente de nutrientes para nuestro organismo. La Federación Española de Nutrición destaca el valor nutricional de las sardinas:
- Ácidos grasos poliinsaturados Omega 3. Una ración de 200 g. de sardinas casi cubre el 100 % de los objetivos nutricionales recomendados al día.
- Proteínas de alto valor biológico.
- Vitaminas A, B3, B12, D y E.
- Minerales como fósforo, selenio, yodo, zinc y ese suplemento excepcional de calcio.
Latas de sardinas con espinas, nutritivas de principio a fin
Las conservas no solo mantienen, sino que mejoran la calidad de la materia prima que contienen, en este caso, de la sardina. Degusta la textura carnosa y 100 % aprovechable de las latas de sardinas de Palacio de Oriente.
Elige las conservas clásicas de sardinas en aceite de oliva o las latas de sardinillas. Si quieres apostar por otras combinaciones, decántate por el maridaje de sardinas con otras salsas y complementos:
- Sardinas con limón en aceite de oliva
- Sardinas en salsa de tomate
- Sardinas picantes en aceite de girasol
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